● FORO SPORTSTER ●

Avatar
Please consider registering
Guest
Forum Scope


Match



Forum Options



Min search length: 3 characters / Max search length: 84 characters
Forum Login
Register Lost password?
sp_TopicIcon
Reseña del viaje la vuelta a los Alpes.
Avatar
3803 Posts
(Offline)
41
September 27, 2018 – 9:14 pm
PrintQuote

Excelente que barbaro ya vi fotos en facebook, que increible carretera debio ser altamente espectacular manejar ahi con esos enormes y bellos paisajes. Que bueno que nos transmitas esa experiencia FELICIDADES TIGER & MONY

Avatar
0 Posts
(Offline)
42
September 27, 2018 – 11:08 pm
PrintQuote

creo que esto debe de ir aquí

[Permission to view this media is denied]

Avatar
377 Posts
(Offline)
43
June 30, 2019 – 10:46 pm
PrintQuote

Retomemos la reseña olvidada,
falta casi la mitad, por cuestiones de tiempo no seguí con la historia pero aquí vamos con la continuación, si, ya casi tiene un año pero mas vale tarde que nunca…

Avatar
377 Posts
(Offline)
44
June 30, 2019 – 10:47 pm
PrintQuote

Día 6: Andermatt – Paso Furka – ¿?
Parte II
Paso Grimsel

Seguimos nuestro camino soñado, disfrutando las curvas que nos habían deleitado con la vista aérea, avanzábamos disfrutando metro a metro, íbamos muy despacio, en realidad no queríamos perder detalle del paisaje y la carretera, seguíamos el vaivén del camino, cuando vimos que estábamos en la parte más baja del valle que se formaba, el paisaje cambiaba, pues teníamos la majestuosidad de los Alpes al frente y atrás. La vista que el espejo retrovisor me ofrecía, me hizo voltear atrás y quedar maravillado, estábamos justo dentro de los Alpes, que prácticamente nos abrazaban y nos guiaban por el camino al paraíso, o algo parecido, fascinados por estar en ese lugar del camino, en ese ambiente que nunca habíamos imaginado, la magia de las montañas nos seguía sorprendiendo, en ese momento creíamos que todo era posible, nuevamente el nirvana se apoderaba de nosotros, caíamos en trance otra vez, éramos y seguimos siendo las personas más felices del mundo. Extasiados seguimos nuestro recorrido.

Empezamos a subir al paso Grimsel, las curvas al igual que las anteriores estaban exigentes y prácticamente todas dibujaban una “U”; muy cerradas, justo como las habíamos visto en las fotos, empezamos a bailar al compás que la carretera nos marcaba, las enormes piedras de granito nos daban la bienvenida, las subida muy pronunciada, pero nada que le exigiera mucho a nuestra compañera la GS700, seguía comportándose a la altura, se acostaba muy dócil y ligera, cuando se requería que respondiera con potencia para enderezarse, lo hacía sin el más mínimo esfuerzo, seguía afirmando que había sido la mejor opción para este viaje.

Sin darnos cuenta llegamos a la cima y apareció frente a nosotros el lago Totensee, el cual rodeamos por varios kilómetros, deteniéndonos a ver una de las presas que son enormes, por lo cual no pudimos resistir la tentación de meternos a un camino que nos encontramos de repente y que nos guio a una hidroeléctrica; así avanzamos hasta donde nos encontramos un letrero que nos prohibía el paso. Rápidamente encontramos la salida que nos llevó a la carretera No. 6, que era por donde llegamos y retomamos el camino hasta el puerto Grimsel, donde el paisaje seguía siendo formidable, no nos cansábamos de ver la combinación mágica, entre el verde del pasto, lo blanco de la nieve, el cielo azul intenso y el negro del asfalto curveado que nos hipnotizaba…

Avanzamos…, en realidad no nos tocó la niebla cerrada ni el hielo que habían visto los españoles, bueno sí había un poco de ambos, pero nada que fuera peligroso como nos lo habían advertido; así llegamos al paradero que era nuestro destino y el de decenas de motociclistas que seguíamos encontrando en el camino. Nos detuvimos a disfrutar el paisaje y tomar la foto de rigor, después de un rato decidimos seguir nuestra ruta y como el plan era ir a otro de los pasos más famosos de Suiza, nos vimos obligados a regresar Andermatt, lo que implicaba recorrer nuevamente el mismo tramo que acabábamos de pasar maravillados, cosa que no nos molestaba en absoluto, al contrario nos fascinaba la idea de recorrer nuevamente esas curvas que son las mismas, pero muy diferentes cuando las tomas en sentido contrario.

Y si, adivinaron, las disfrutamos igual o más que la primera vez…

Continuará…
Tiger, El Escribidor.

Avatar
377 Posts
(Offline)
45
June 30, 2019 – 10:48 pm
PrintQuote

Día 6: Andermatt –Paso del Gotardo – Carretera Tremola Alpe Di Sorencia – Airolo – San Bernardino Pass – Lugano – Milán, Italia.

Parte III
Paso San Bernardino.

Después de recorrer 60 kilómetros de felicidad en más de hora y media, regresamos a Andermatt y pasamos a llenar el tanque de gasolina para seguir nuestro camino, inmediatamente encontramos la desviación de la carretera antigua y una nueva que nos llevaban al mismo destino, Airolo.

Sin pensarlo tomamos el camino antiguo que resultó ser empedrado y muy angosto, lo que nos hizo dudar si aún estaba abierto; encontramos a un señor ya mayor acompañado de una adolescente, cada uno llevaba una bicimoto, equipaje y una muy buena actitud, pero no hablaban inglés ni francés, así que, como pudimos les preguntamos si el camino seguía abierto para llegar al paso de San Gotardo, el cual era nuestro siguiente reto para cruzar los Alpes Lepontinos y llegar a Airolo, a señas nos dijo el señor que ese camino si llegaba allá, solo que había que ir brincando por ser un camino empedrado, agradecimos la ayuda y seguimos nuestra ruta con gran expectativa ya que resultaba muy misterioso ese antiguo camino, avanzamos lentamente disfrutando la experiencia, hasta que llegamos a un puente que pasaba sobre la autopista, llevándonos un poblado donde creímos que ahí se acababa ese recorrido, así que entramos la autopista que tenía muy buenas curvas, pasamos por una especie de túneles con vista panorámica, en eso se vio en el Alpe de enfrente una carretera curveada que descendía y que nos invitaba a rodarla, Moni me dijo -Mira esa carretera, hay que recorrerla-, avanzamos ansiosos buscando donde detenernos para investigar cómo llegar allá, hasta que encontramos un paradero muy grande donde se podía ver el valle que formaban las montañas con el poblado de Airolo al fondo y el serpenteo de la autopista por los Alpes que era espectacular, pero no era suficiente para que nos hiciera cambiar de idea, así que vimos el gps para buscar las curvas que vimos en el túnel, encontramos que había que regresar al poblado donde entramos a la autopista, por lo que solo tomamos unas fotos y nos regresamos hasta llegar a la carretera Tremola, que después supimos que así es como se llama, la cual descendimos con la boca abierta, la combinación de la pendiente con las curvas que dibujaban una serpiente a lo largo del Alpe Di Sorecia, si!! estábamos recorriendo el antiguo paso de San Gotardo, que era mejor, más divertido y demandante de lo que esperábamos, nos gustó todavía más…

Después de recorrer 13 kilómetros en media hora más o menos, llegamos a Airolo, un poblado que está a lo largo de una cuenca que forma el río Ticino; las motos de todo tipo y marca seguían apareciendo tanto de ida como de venida, y seguíamos saludando a todos. Avanzamos hasta que encontramos un pueblo muy antiguo hecho prácticamente de piedra, tan especial que nos vimos obligados a meternos al centro y babear viendo esas antiguas construcciones que sobrevivieron al paso del tiempo, resultó que la iglesia del pueblo era parada oficial para los peregrinos que viajan a Santiago de Compostela, descansamos unos minutos mientras tomábamos fotos y seguimos nuestro camino.

Avanzamos unas horas más y para nuestra sorpresa el clima fue cambiando, se quitó el frío y el calor apareció, al grado que tuvimos que parar en otro poblado pequeño a quitarnos las chamarras y tomar un poco de agua, entramos a un centro comercial y notamos que el acento de las personas era diferente, seguían hablando alemán pero con un gracioso acento italiano, en ese momento caímos en cuenta de que estábamos muy cerca de la línea divisoria con Italia, *pero ya teníamos la idea de cruzar la frontera después de recorrer otra de las carreteras más peligrosas de Europa.*
Seguimos recorriendo ahora los Alpes Occidentales y adelante encontramos unas carreteras más rectas que permitían observar con más detalle el paisaje, que tenía como fondo más y más Alpes solo que con vegetación un tanto diferente, llegamos al paso de San Bernardo, y nuevamente la emoción desbordaba en nosotros, las curvas eran más cerradas que las que habíamos recorrido hasta ese momento, sí, imagínense como eran, además de que de ida nos quedaban de subida lo que permitía maniobrar y acostar mas la gs700 que seguía disfrutando al igual que nosotros, varias veces fue necesario acostarla tanto que nuevamente mis botas llegaron a rozar el asfalto, en una curva incluso Moni me dijo que nos acostamos tanto que pensó que el espejo iba a pegar en un fantasma que estaba justo a la mitad de la curva.

El calor seguía sintiéndose fuerte, los letreros estaban escritos en alemán e italiano, los bosques tenían ejemplares diferentes, pero la magia era la misma, esa sensación de felicidad y placer de vivir esa experiencia de recorrer esas curvas, era tan magnífica que aún en este momento la sigo sintiendo.

Felices seguíamos con él va y ven del camino, en ese trascurso solo nos encontramos dos motos, a una la rebasamos pues iba muy despacio y la otra nos rebaso tan rápido que dos curvas adelante ya no la veíamos, nosotros seguíamos con calma, no teníamos prisa y queríamos más tiempo para seguir disfrutando ese pedazo de paraíso para los amantes de las curvas. (tienen que ver las fotos)

Llegamos a San Bernardo de donde por cierto es originaria la raza de perros, un poblado pequeño muy pintoresco, la típica población de las montañas con unas historias increíbles sobre alpinistas, de un monasterio que servía de refugio para los viajeros y rescates de los San Bernardos, estábamos fascinados, habíamos pensado comer ahí, pero nos tomamos un momento para ver el mapa impreso, ese que usamos los de la vieja escuela, *ese momento romántico de ver el mapa, ubicar donde estas, ver hacia donde decides guiar tu destino y no él a ti.

Empezamos a hacer cuentas de cuantos días nos quedaban para el viaje y los lugares que aún queríamos visitar, lo que nos alertó y caímos en cuenta que teníamos que avanzar más rápido si queríamos seguir con el siguiente plan.

Y al ver la hora decidimos no comer, tomar la autopista para llegar a Lugano a cenar, y así avanzar más rápido, pero para hacer eso teníamos que pasar de nuevo el paso de San Bernardo, cosa que disfrutamos nuevamente, ya saben, las curvas se disfrutan diferente de ida que de venida…

Seguimos avanzando en esas curvas mágicas hasta que encontramos el entronque a la autopista, que por un momento nos entristeció la idea, pero en menos de un kilómetro esa sensación se fue, pues resultó que la autopista tenía curvas muy buenas ya que esta cruzaba los Alpes Italianos, en específico al Alpe D´Arbeola , así que no había rectas, la ventaja que había es que era de doble carril así que podíamos ir más rápido y al mismo tiempo disfrutar de las curvas que presentaban un nuevo reto, los Alpes nos seguían sorprendiendo a cada momento…

Después de unos 100 kilómetros llegamos a Lugano a cenar, la ciudad resultó ser muy típica, lástima que íbamos de paso así que solo conocimos el centro y lo que nos quedó de camino, pues pretendíamos avanzar un poco más y nos dirigimos a Cernobbio donde cruzamos la frontera y entramos a Italia.

Pasamos el puesto fronterizo sin ningún problema, creo que los de migración ni siquiera nos voltearon a ver. Cabe mencionar que durante todo el viaje no nos preocupábamos de los autos o camiones de carga pues todos habían sido muy respetuosos, pero justo al momento de cruzar la línea divisoria muchos autos nos empezaron a rebasar a toda velocidad sin respetar el límite y manejando con cierta imprudencia, vamos, no al nivel de México, pero si era algo inesperado para nosotros.

Otra sorpresa que nos llevamos fue que cuando compramos los mapas para el GPS venía un paquete de 3 países, así que elegimos los que más íbamos a ocupar, Francia, Alemania y Suiza, respecto al de Italia dijimos -Ingue su-, nos la aventamos con el mapa convencional-, y así lo hicimos, solo que en la noche justo al entrar a Italia la pantalla del GPS se quedó en negro, solo veía un punto flotante que éramos nosotros, seguimos sin complicaciones hasta llegar a las orillas de Milán; a eso de las 10:40 pm nos estábamos registrando en el hotel, habremos estado más de 12 horas rodando, fue el día que más tiempo anduvimos sobre la moto, pero muy muy felices.

Continuará…
Tiger, El Escribidor.

Avatar
2858 Posts
(Offline)
46
July 1, 2019 – 2:58 pm
PrintQuote

tiger ya estas como las temporadas de las series de Netflix

Avatar
3803 Posts
(Offline)
47
July 2, 2019 – 11:50 pm
PrintQuote

Chulada Master tiger

Avatar
264 Posts
(Offline)
48
July 3, 2019 – 1:10 am
PrintQuote

Buenisimo tu relato Mr Tiger …mas fotos por favor!!

Avatar
3909 Posts
(Offline)
49
July 3, 2019 – 10:59 pm
PrintQuote

[quote author=Monkey link=topic=11648.msg165200#msg165200 date=1561993103]
tiger ya estas como las temporadas de las series de Netflix

Y si dije a este cabron o se le acabo la tinta o va por temporadas, hahahahhaha

Excelente relato mi buen Tiger

Avatar
1 Posts
(Offline)
50
July 5, 2019 – 5:38 am
PrintQuote

Es un relato sorprendente, logras que uno disfrute la vivencia cómo propia.

En espera del siguiente relato y las fotos!!!

Avatar
377 Posts
(Offline)
51
July 6, 2019 – 4:13 pm
PrintQuote

Día 7: Lainatte – Génova -Imperia, Italia.

Al despertar nos fuimos a disfrutar del desayuno que estuvo muy bueno, descubrimos que estábamos en Lainatte, y apuntamos el camino hacia el sur, como el gps no nos podía ayudar, marcamos la ruta en el celular utilizando solo caminos secundarios, pues queríamos conocer la campiña italiana, y Moni lo llevaba en la mano, me iba dirigiendo, era el nuevo gps.

Avanzamos y nos perdimos algunas veces, aunque nuestro dicho es: “No estamos perdidos solo andamos conociendo otros caminos”, así que después de conocer otros caminos encontramos la carretera que buscábamos, estaba genial, cruzamos muchos poblados muy antiguos, campos de sembradíos inmensos y alguna que otra granja sacada de alguna película, el paisaje era simplemente magnífico.

Seguimos avanzando hasta Alessandria donde nos desviamos para entroncar con la autopista, pues el tiempo seguía corriendo y teníamos que apresurarnos un poco, una vez en la autopista íbamos a mayor velocidad, la carretera no estaba en tan buenas condiciones como las de Alemania o Suiza, pero nada que nos preocupara, después de unos 200 kilómetros llegamos a Genova, otro de nuestros destinos buscados, pues ahí queríamos llegar para encontrarnos con el mar mediterráneo.

La entrada a la ciudad fue un tanto enigmática, en cuanto vimos el mediterráneo inmediatamente nos salió una sonrisa de felicidad, de esas que reflejan pequeños triunfos, se cambió por una cara de sorpresa al dirigirnos al centro de la ciudad, pues nos sorprendió que justo en la avenida que se podría considerar la costera había un segundo piso para transitar, lo que cortaba tajantemente *el paisaje tanto con la ciudad como con el puerto*. La sorpresa aumentó cuando ese segundo piso nos llevó a un enorme estacionamiento de varios pisos, construido con vigas metálicas que daban la sensación de estar en una fábrica o algo así, y que no encajaba con la arquitectura que esperábamos ver, lo cruzamos con cara de incrédulos hasta que salimos justo al centro de la ciudad, que por cierto nos tenía otra sorpresa. Genova está llena de motonetas, a tal grado de parecer una plaga, cientos o miles de motonetas, nos rebasaban, se atravesaban imprudentemente, *vamos*, los pizzeros de México son decentes al lado de esas motonetas.

En automático llegamos a la plaza Ferrari, uno de los emblemas de la ciudad, buscamos donde estacionarnos para recorrer el centro caminando, nuestra siguiente sorpresa fue que las áreas de estacionamiento estaban llenas de… exacto, motonetas, invadidas las calles de motonetas estacionadas hasta en cuatro filas, nos quedamos con la boca abierta, en mi vida había visto tantas juntas, estupefactos avanzamos unas 5 cuadras buscando donde estacionarnos, hasta que llegamos a una parte que está como amurallada y encontramos el único lugar donde nos podíamos estacionar, curiosamente frente a nosotros estaba un letrero que indicaba el camino para ir a visitar la casa de Cristóbal Colón, pues hay versiones de la historia que aseguran eso.

Recorrimos el centro con calma disfrutando la vieja arquitectura que por fin habíamos encontrado y cuando llegamos a la catedral de San Lorenzo nos dejó otra vez con la boca abierta, es muy antigua, fue construida en el siglo XII allá en la Edad Media y está muy bien conservada, la combinación de mármol blanco y verde la hace única, fascinados de poder disfrutar esa construcción que ha estado en pie alrededor de 800 años y que sobrevivió a los bombardeos de la 2ª guerra mundial,  ufff es algo difícil de explicar.

Seguimos nuestro recorrido por la parte antigua de la ciudad, caminando por unos viejos callejones que contaban miles de historias con solo mirarlos, conocimos la casa de Cristóbal Colón solo por fuera, después de comer seguimos nuestro camino, empezaba otra etapa muy esperada, recorrer la carretera que bordea el mar mediterráneo, así que buscamos la salida, pasamos por el puente Morandi, que pocos días después se cayó causando una tragedia. Una vez en la carretera SS1 vimos que había tráfico, pero la emoción nos ganaba así que solo nos cuidábamos de las motonetas suicidas, era gracioso ver a personas de todas las edades manejándolas de la misma manera, incluso las chicas que vestían muy propias con su vestido muy bonitas y toda la cosa manejando como cafres.

Cargamos gasolina y seguimos avanzando con paciencia en el tráfico que parecía no acabar, pensábamos que solo sería la salida de la ciudad y al salir a carretera estaría más fluido, pero no, resulta que toda esa carretera está completamente poblada así que el tráfico estaría igual todo ese trayecto, nos confortaba que por momentos quedaba libre el paisaje que nos hacía babear, el mar mediterráneo a nuestra izquierda y una zona montañosa a la derecha, aguantamos lo más que pudimos pero una hora después decidimos meternos a la autopista pues era imposible ir al ritmo del tráfico, por suerte la carretera de cuota tenía muy buenas curvas así que la pasamos bien disfrutando esa zona montañosa.

Habíamos pensado dormir en San Remo y tomarnos un tiempo para disfrutar de la playa pero al ver los precios de los hoteles se nos quitaron las ganas, entonces vimos una mejor opción, nos salimos del camino de cuota y llegamos a Imperia, un pequeño poblado al pie del mediterráneo, construido con unas calles enmarañadas en la montaña que le daban un toque enigmático, rápidamente encontramos hospedaje, dejamos la moto y salimos a caminar buscando algo de cenar, mientras caminábamos el calor nos obligó a buscar algo de tomar, vimos un negocio de productos de Marruecos, a señas compramos un refresco de manzana que resulto ser delicioso, encontramos unas pizzas caseras muy buenas y mucho muy baratas, al grado que me sentía mal pagar solo 4 euros por tan deliciosa pizza, y todavía los dueños muy buena onda nos dieron vasos desechables para que nos tomáramos nuestro refresco marroquí, de ahí nos fuimos al malecón para seguir conociendo ese pequeño poblado que nos estaba cautivando, llegamos a la zona turística y había una especie de tianguis de artesanías, bobeamos un poco y nos tomó por sorpresa un letrero que decía “Gelato” 1 euro, en todo el viaje no habíamos visto nada que costara un euro, así que sin pensarlo fuimos por uno, de pilón nos regalaron una galleta, felices nos comimos nuestro helado en el puerto viendo el vaivén de los turista que la mayoría eran italianos, por eso los precios económicos, era un lugar para turismo local, cosa que no nos molestó, seguimos caminando y fuimos a la playa a disfrutar del mar y de paso una postal bellísima que nos regalaba la iluminación del pueblo que nos mostraba una mancha de luz entre la montaña adornándola como árbol de navidad, después de eso nos fuimos a descansar.

Al otro día nos paramos muy temprano para ir a nadar al mar mediterráneo y cumplir otro de los propósitos del viaje, así que disfrutamos del agua salada de él, imaginando como habría sido mirar pasar las flotas marinas de los griegos, fenicios, persas, turcos otomanos o los romanos quienes aseguraban que ese mar era de ellos…

Felices estuvimos relajándonos en el mar, en silencio parecía que le poníamos una palomita a la lista de cosas por hacer en esta vida, hasta que el hambre nos recordó que no habíamos desayunado y que teníamos poco tiempo para alcanzar el bufete, fuimos de los últimos en desayunar ese día, pero resultó ser uno de los mejores desayunos, una mesera se acercó a platicar con nosotros, probó hablarnos en italiano, alemán, inglés y en francés, en estos dos últimos le dijimos que si le entendíamos, la parte importante de la plática fue cuando nos aseguró que los deliciosos cruasant habían sido inventados por los italianos, en lo que si estuvimos de acuerdo fue que los que nos desayunamos estaban deliciosos…

Subimos a la habitación por el equipaje y preparamos la salida, estábamos ansiosos de llegar a nuestro siguiente destino, así que más rápido de lo acostumbrado subimos el equipaje y tomamos carretera.

Continuará…
Tiger, El Escribidor.

Avatar
3909 Posts
(Offline)
52
July 8, 2019 – 4:13 pm
PrintQuote

Mucho verso y prosa,pero donde están las fotos y toda la cosa.

Avatar
649 Posts
(Offline)
53
July 8, 2019 – 10:27 pm
PrintQuote

No inventes Tiger!

Cada vez parece que ya estás llegando al fin y salen y salen mas cosas!

Increíble, gracias por tomarte el tiempo de compartirlo!

Y ya pon fotos por piedad !!!

Avatar
377 Posts
(Offline)
54
July 10, 2019 – 1:58 pm
PrintQuote

Gracias a todos por sus comentarios acá están algunas de las fotos:

** you do not have permission to see this link **

Avatar
3909 Posts
(Offline)
55
July 10, 2019 – 9:29 pm
PrintQuote

[quote author=Tiger link=topic=11648.msg165239#msg165239 date=1562767094]
Gracias a todos por sus comentarios acá están algunas de las fotos:

** you do not have permission to see this link **

oldies unas new

Avatar
377 Posts
(Offline)
56
July 22, 2019 – 2:07 pm
PrintQuote

Día 8: Imperia, Italia – Mónaco- Col de Turini- Citadelle de Sisteron Francia.
Mónica en Mónaco…

Tomamos camino hacia el puerto de San Maurizzio, nuevamente bordeando el mediterráneo, pero resultó que el tráfico seguía muy complicado así que buscamos llegar a la autopista SS1, tomamos mal la salida de una glorieta que nos llevó a una calle donde todos estaban detenidos así que se me hizo fácil darme la vuelta en “U” para regresarme en sentido contrario, de pronto vi un policía que caminaba hacia nosotros, él nos decía algo y como no le entendía solo se me ocurrió decirle en mi nulo italiano: -Scusi, scusi Mónaco, SS1- que era la carretera que buscábamos, se quedo pensando un poco y me responde,- loro, vanno a Mónaco, la strada SS1?- lo demás que nos dijo no lo recuerdo pero a señas nos indicaba por donde irnos, yo creo que afortunadamente se le olvidó la infracción que debía hacernos, le agradecimos la información y nos fuimos.

Seguimos nuestro recorrido costeando el mediterráneo, pero ahora por la carretera libre, la que va justo por la orillita sobre los acantilados, era tan fascinante el paisaje del mar viéndolo desde lo alto de las montañas, recorrimos unos 50 kilómetros disfrutando las curvas, hasta que inesperadamente nos sorprendió la frontera de Francia.

Bueno en realidad un poco antes de la frontera ya estábamos en San Ludovico (si, así se llama el poblado) al cruzar el pueblo que es muy pequeño y pintoresco, nos tocó un retén de “los carabinieri“, la policía italiana, afortunadamente solo nos voltearon a ver y nos indicaron que avanzáramos, estábamos despidiéndonos de Italia cuando llegamos a la línea divisoria, una pequeña garita con un solo carril, que si estaba deteniendo a algunos automóviles, por lo que ocasionaba fila para cruzar pero a nosotros no, seguimos adelante y el gps revivió alertándonos del límite de velocidad, vimos como todos los autos manejaban más despacio y respetando las reglas, “no es lo mismo manejar en Italia que en Francia”, recuérdenlo.

Seguimos bordeando tratando de ver y grabar en nuestra memoria aquellas casonas antiguas y magníficas que parecían ser testigos de la historia, de quienes llegaban y quienes salían del país, seguimos en dirección a Mentone, pero en realidad buscábamos otro letrero, aquel que nos indicara que llegábamos a otro punto marcado en nuestro itinerario, ya ansiábamos poner otra palomita en nuestro mapa imaginario, el paisaje ya había cambiado totalmente, seguían las curvas pero el verde bosque había desaparecido, ahora teníamos el mar a nuestra izquierda y montañas rocosas a la derecha, aunque no dejaba de ser emocionante, avanzamos y de pronto apareció un letrero con una flecha que nos hizo sonreír, “Mónaco”, decía señalando hacia la izquierda, felices obedecimos la indicación y apareció frente a nosotros una gran ciudad, en realidad es un pequeño país, o mejor dicho un principado, la idea que teníamos era recorrer las calles del centro donde realizan la carrera de la fórmula uno, pero no contábamos con que nos tocaría un tráfico infernal, tardamos 40 minutos en recorrer los 7 kilómetros que hay entre la frontera de Mónaco y el centro de la ciudad, además del calor intenso que estaba haciendo, así que recorrimos solo una parte de lo planeado a vuelta de rueda, cabe mencionar que el gps tampoco funcionaba ahí, sí, hay que comprar por separado el mapa del pequeño principado.

Al fin después de mucho tiempo y desesperación el camino nos llevó al puerto que es la parte central de la ciudad, vimos el Palacio de los reyes en la parte alta de la montaña y para nuestra buena suerte encontramos un bar con mesas sobre una especie de plazuela que tenía una vista fabulosa del centro de la ciudad, unos metros adelante un espacio libre en el estacionamiento para motocicletas, sin pensarlo nos paramos ahí exclamando los dos casi al mismo tiempo, -Quiero una cerveza-, así que, nos quitamos el equipo y caminamos a ganar una de las pocas mesas desocupadas del bar que acabábamos de ver.

Pedimos una cerveza, el mesero nos ofreció la marca Mónaco diciéndonos que era una cerveza local, lo que nos pareció bien, brindamos por nuestro logro de haber llegado ahí, desechamos la idea de seguir el recorrido de la fórmula uno por el tráfico que había, nos relajamos mientras nos refrescábamos y tomábamos fotos de la ciudad, había muchos turistas, el mesero regresó y nos llevó un plato con papas, diciendo que eran una cortesía, lo que nos hizo pensar que esa cortesía nos saldría cara, habíamos olvidado nuestra política de humildad de siempre preguntar los precios, pero decidimos no preocuparnos por ello y seguir disfrutando el momento.

Cuando pedimos la cuenta debíamos 14 euros por las dos cervezas, algo así como 322 pesos, intenté pagar con la tarjeta y nos dijeron que solo aceptaban efectivo, cosa que no traíamos, generalmente pagábamos con plástico, en efectivo solo teníamos francos suizos, pero tampoco nos los aceptaron, así que tuve que caminar unas cuadras para ir a retirar efectivo por lo que Moni se quedó empeñada en el bar mientras yo regresaba.

Saldada nuestra cuenta tomamos nuevamente camino, pasamos frente al Casino de Montecarlo regresando hacia Menton, nuevamente bordeando el mar tratando de grabar en nuestra mente esa fascinante vista. Al regresar a México descubrimos que tendríamos un grandioso pero caro recuerdo de este lugar, (una foto multa que nos costó 90 euros, cerca de 2000 pesos por ir a 67 km/h en una zona de 50 km/h), ignorando que habíamos sido captados por la policía francesa, sentimientos encontrados nos cubrían, por un lado, en ese punto (Menton) nos despedíamos tristemente del mar mediterráneo, paisaje que siempre era grato tenerlo de fondo, y por el otro sabíamos que nos esperaban muchas curvas más en nuestro siguiente destino. Esto ocurrió el día 27 de julio a las 13:03, según la infracción que llegó por correo.

Buscamos la carretera D2566 que es la entrada a los Alpes Franceses, que nos llevaría a la Col de Turini, carretera famosa por sus curvas y que es considerada una de las más peligrosas del mundo, además de ser ahí donde se corre el famoso Rally de Montecarlo. Llegando a esa carretera inmediatamente inició la diversión, las curvas aparecieron exigiendo atención y precaución, a cambio ofrecían una sensación mágica de libertad, adrenalina y fascinación, casi nos hacían olvidar las hermosas vistas del mar mediterráneo que seguíamos trayendo en la mente, y en realidad se desvanecieron para dar paso a los nuevos paisajes de los bosques fríos y un poco secos que encerraban un toque enigmático, sin embargo se disfrutaban de la misma manera, que los otros Alpes, subíamos sin cesar, encontrábamos algunas motos que disfrutaban del camino al igual que nosotros.

Recorrimos los 40 kilómetros de distancia en una hora, si, así lo exigía la carretera, imagínense como son las curvas que zigzagueaban una tras otra, fascinados y con la adrenalina al cien, nos dejábamos llevar en especial en la parte donde el rio Bévéra serpenteaba junto a la carretera dándole un toque emocionante al recorrido.

Llegamos al punto medular de la Col de Turini, donde hay un paradero grande y algunos restaurantes, entramos a uno de ellos solo para comprar un recuerdo de ese recorrido y descansamos un poco, pues sabíamos que el camino que nos faltaba era largo aún.

Seguimos nuestro recorrido por la carretera M70 que ahora era una bajada enorme con muchas curvas que no se acabarían hasta que saliéramos de los Alpes.

Habrán sido unas tres horas de curvas y más curvas muy cerradas y divertidas, seguíamos felices de haber rentado la doble propósito, pues el manejo era justo el que se necesitaba, esa mezcla perfecta entre potencia, manejabilidad y comodidad. Fascinados continuamos, cruzamos muchos túneles de piedra que le daban un toque antiguo al camino, uno de ellos muy angosto que casi al entrar nos encontramos con un tráiler que iba saliendo, lo que nos obligó a retroceder junto con dos carros para que él pudiera salir, quedamos sorprendidos de la habilidad del conductor, el paso del camión era casi milimétrico, le sobraban unos cuantos centímetros para maniobrar, pero salió limpio.

Las curvas continuaban, la lluvia llegó y nos obligaba a ir más despacio, después de mucho tiempo llegamos a un poblado que tenía una fortaleza en la parte alta de una montaña junto con una muralla impresionante, nos detuvimos para admirarla y tomar algunas fotos, claro sin bajarnos de la moto, en este punto empezamos a ver que nos faltaban muchos kilómetros para regresar a Paris y entregar la moto, el tiempo por el que se había rentado justo se acababa ese día.

Cerca de las 5:00 nos sorprendió un hermoso rio color turquesa que serpenteaba junto a la carretera por varios kilómetros, tanta era su belleza que nos obligó a detenernos a tomar algunas fotos y aprovechamos para hacerle una sesión a nuestra compañera de viaje, que ya sentíamos que teníamos que empezar a despedirnos de ella, por cierto el rio resultó ser bastante famoso, conocido como el rio Vesubio y ese pedazo de la carretera M2565 se llama “Route de la Vésubie”

Continuamos nuestro camino, sin embargo, como ya íbamos cansados decidimos hospedarnos en el primer hotel que encontráramos, aunque en realidad no había nada, un par de poblados muy pequeños que no tenían hoteles, hasta que apunto de oscurecer el destino nos llevó a La Ciudadela de Sisteron, que resultó ser un pueblo medieval maravilloso y para nuestra buena suerte se estaba celebrando el Festival de música, danza y malabares que se celebra cada año desde 1800 o algo así.

Nos internamos a la pequeña ciudad buscando algún hotel, encontramos un buen prospecto y entré a preguntar si tenía habitaciones, para mi sorpresa no había nadie en la recepción, en el mostrador solo las llaves de algunas habitaciones de quienes ya habían reservado. Después de un rato de estar esperando llegó una pareja alemana que venían de mochileros, tomaron su llave, me preguntaron si necesitaba ayuda, les expliqué que buscaba una habitación pero nadie salía, muy amablemente me ofrecieron su celular para hacer una llamada, a lo que les agradecí pero les dije que no era necesario, en eso salió alguien de el restaurante que estaba a un costado y que se comunicaba con una puerta a la recepción, una mayor sorpresa fue que no nos entendíamos, ambos hablábamos en francés pero no le entendía por su acento, y obviamente mi francés no es muy bueno, pero hasta ese momento había sido suficiente para comunicarme, después de una mezcla extraña de francés, inglés, señas y gestos nos entendimos, me decía que la recepcionista ya se había ido y se puso a buscar si había alguna habitación disponible, para nuestra suerte si había, me dio la llave, intenté pagarle y me dijo que no, que al siguiente día lo hiciera.

Descargamos nuestro equipaje, descansamos unos minutos y decidimos salir a ver el festival y caminar por todo el pueblo, había que aprovechar la suerte de estar ahí en ese momento, fuimos a cenar una pizza y unas crepas de postre, vimos muchos espectáculos de muy buena calidad, todo era callejero y eso lo hacía más fascinante, después de unas horas nos fuimos a descansar, estábamos agotados pero muy felices.

Algo que también descubrimos es que estábamos en la región de los Alpes de Haute-Provence, si, llevábamos 8 días de viaje y aún no podíamos salir de los maravillosos Alpes…

Continuará…
Tiger, El Escribidor.

Avatar
3803 Posts
(Offline)
57
July 22, 2019 – 9:25 pm
PrintQuote

como siempre una delicia leerte ESCRIBIDOR

Avatar
377 Posts
(Offline)
58
July 31, 2019 – 1:11 am
PrintQuote

Por fin el final de la historia… días 9 y 10

Día 9: Sisteron – Auxerre, ya cerca de París.

Nos levantamos temprano, el cansancio del viaje se empezaba a notar, caminábamos un poco más lento, pero la cara de felicidad que teníamos todo mundo la notaba, desayunamos al mismo tiempo de que nos divertíamos con una pareja de meseros que querían practicar su español con nosotros, pero les ganaba la risa.

Montamos el equipaje en la moto y salimos de la Villa Medieval, tomamos la carretera  secundaria todavía; pasamos por varios poblados pequeños metidos aún en las montañas, encontramos una vendimia de pays de manzana que nos tentaba a comer uno pero aún estábamos llenos del reciente desayuno que había sido muy sustancioso como todos los días, así que nos quedamos con las ganas, continuamos dos horas más de camino hasta Clelles donde tuvimos que cargar gasolina, para estas horas el calor estaba aumentando, seguimos puebleando hasta Grenoble donde nos despedimos de los Alpes, al mismo tiempo que nos integramos a la autopista, teníamos que avanzar lo más que se pudiera para acercarnos a París. Solo teníamos un factor en contra, ese día iniciaba la canícula, y la temperatura subía cada minuto, a tal grado que las pantallas electrónicas de avisos en la utopista recomendaba a los automovilistas hidratarse cada hora, aunque utilizaran el aíre acondicionado; imagínense nosotros en la moto sentíamos que nos derretíamos, por lo que teníamos que detenernos en cada área de descanso para tomar agua y mojarnos la cabeza para refrescarnos, lo que nos hacía perder tiempo cada parada, así fue hasta que llegamos a Shalom, donde vimos un Carrefour, decidimos entrar ahí para comer y aprovechar el aire acondicionado del centro comercial esperando que bajara la temperatura un poco, así lo hicimos, aprovechamos para hacer unas compras mientras descansábamos. Una hora y media después salimos y ya había disminuido el calor, así que seguimos nuestro camino hacia el norte sin ninguna novedad hasta llegar a Auxerre, donde decidimos quedarnos a dormir, estábamos cerca de nuestro destino y en verdad estábamos agotados, así que al ver ese poblado nos detuvimos a buscar hotel, ya serían las 6 de la tarde, habíamos recorrido unos 550 Kilómetros, pero por el calor y el agotamiento acumulado los sentimos como 1000.

Para nuestra sorpresa resultó que Auxerre era otra Ciudad Medieval, con un gran río que cruzaba la ciudad. Buscamos hotel, descansamos un poco y salimos a caminar por el poblado para admirar las viejas casas del siglo XIV que intentaban contarnos su historia, buscamos algo para cenar y luego a dormir con mucha nostalgia; sabíamos que el tiempo se nos estaba acabando…

Día 10: Auxerre – París

Nos levantamos un poco más tarde que de costumbre, sabíamos que solo recorreríamos unos 200 kilómetros ese día, pero los sentimientos encontrados seguían en nosotros, por un lado, la nostalgia de despedirnos de la libertad que nos daba la motocicleta, por el otro la felicidad de la gran experiencia que estábamos viviendo. El hambre nos recordó que teníamos que bajar a desayunar y así lo hicimos, con mucha calma acomodamos todo en la moto disfrutando de la mañana, el buen clima y esa paz que el sonido del río nos transmitía. Como no queriendo entregamos la habitación y salimos a la autopista.

En menos de dos horas estábamos en las orillas de París, mucho tráfico nos esperaba, pero en ese punto hasta lo disfrutábamos, después de recorrer las carreteras casi solitarias, parecía que nos hacía falta un poco de bullicio.

Los últimos kilómetros sirvieron para despedirnos de nuestra compañera de viaje que se había portado a la altura, la BMW GS 700, como ya lo había mencionado antes, resultó ser ideal para el recorrido que hicimos, buen rendimiento de gasolina, muy cómoda, confortable y la potencia del motor más que excelente.

Anotamos en el gps “27 Rue St. Ferdinand” que era la dirección donde debíamos entregar la moto, teníamos que cruzar casi toda la ciudad para llegar ahí, pero decidimos usar el periférico para no prolongar la espera; nos detuvimos a cargar gasolina muy cerca de la oficina para entregar el tanque lleno como se había acordado en el contrato, y la nostalgia aumentaba.

También íbamos un tanto temerosos porque no sabíamos cuanto nos iba a costar el total de la renta, llegamos a la oficina e inmediatamente salió el buen Rafael a recibirnos como si fuéramos amigos de mucho tiempo, a grandes rasgos le contamos la historia del viaje, entregamos la moto y los cascos. Mientras él hacia los números para darnos un total nosotros cerrábamos los ojos como no queriendo escuchar, pero sabíamos que cualquiera que fuera la cantidad habría valido la pena cada peso pagado, por cada maravilloso kilómetro recorrido, pues habíamos realizado un gran viaje jamás soñado por nosotros…

Después de 2,882 km, entregamos la moto… muy a nuestro pesar, pero con una sonrisa del tamaño de los Alpes…

Con Rafael intercambiamos nuestras redes sociales para seguir en comunicación y compartirle esta reseña, cuando estuviera terminada, (Lo siento Rafael tardé un poco más de lo esperado, pero ya está, espero que disfrutes leerla tanto como nosotros disfrutamos vivirla y escribirla). Una “selfie” de recuerdo y un abrazo fraterno fue la despedida; de la moto una mirada de agradecimiento y una caricia al tanque de gasolina fue el adiós de nuestra fiel compañera y cómplice de la gran aventura vivida, casi parecía que nos sonreía, empezamos a caminar por las calles de la bella París buscando una estación del metro…

Después nos fuimos nuevamente a la Torre Eiffel para comprar algunos recuerdos, de ahí a la estación del tren conocida como la Gare de l´est, donde compramos dos boletos para Estrasburgo que es la frontera con Alemania, un tren más para Appenweier y de ahí trasbordamos para Bühl, donde veríamos nuevamente a los queridos compadres Karlita y Erick.

El viaje aún no terminaba ahí, seguimos vagando unos días más por Alemania disfrutando de las cervezas con los compadres, un paseo por Munich que no podría faltar, visitamos el Castillo de Neuschwanstein, disfrutamos de los ahijaditos Mauricio y Carolina, hasta que llegó el día en que debíamos de regresar.

Y aquí nos despedimos, se termina esta historia de un gran viaje, tristes pero felices de haber podido estar en lugares maravillosos, de poder haber conocido la cultura alemana, inmensamente agradecidos con nuestros compadres que nos invitaron a visitarlos y con ello dieron pie a esta maravillosa experiencia; felices de que nos pudieron acompañar una parte del trayecto y nos permitieron convivir con esos pequeñitos ahijados que son maravillosos y estamos seguros de que también serán viajeros.

Agradezco a todos por sus recomendaciones, mensajes, buenos deseos durante y después del viaje, por leerme; también a Moni por ser mi compañera de aventuras y por ser la editora del texto, les confieso que, al momento de escribir esta reseña, he vuelto a revivir el viaje con la misma emoción con que lo recorrimos y seguramente cada que la lea lo seguiré disfrutando.

Les recuerdo que la intensión de compartir esta historia es con la finalidad de que se animen a viajar, el destino no importa, la adrenalina es la misma, lleva a la misma felicidad, los recuerdos de los viajes es lo único que nos llevaremos al morir y pues nada más; esperamos encontrarnos en la carretera o en algún bar y seguir compartiendo experiencias…

Les agradece infinitamente su amigo Tiger  “El Escribidor”

Avatar
3803 Posts
(Offline)
59
August 2, 2019 – 7:55 pm
PrintQuote

Felicidades mi querido escribidor excelentes narraciones, saludos a la encargada de la edicion

Forum Timezone: America/Mexico_City
All RSSShow Stats
Moderators: Animal
Top Posters:
Forum Stats:
Groups: 6
Forums: 24
Topics: 10512
Posts: 158307

 

Member Stats:
Guest Posters: 1
Members: 780
Moderators: 1
Admins: 3

Most Users Ever Online
13
Currently Online
Guest(s)
2
Currently Browsing this Page

1 Guest(s)