● FORO SPORTSTER ●
Pues es mi turno.
Mi nombre es José Miguel, para los amigos y en el bajo mundo conocido como el Mayk. Soy originario del Sur de Guanajuato, y para ser especifico del ahora, bien llamado, Pueblo Mágico de Yuririahpundaro (Yuriria), en la zona es muy común tener motoneta de trabajo o scooter, somos vecinos del municipio de Uriangato y de Moroleón, son tres municipios que dependen el uno del otro y aquí en el Sur, hay personas que no saben andar en bicicleta pero dominan un moto cargada de bultos de ropa y con copiloto y todavía hasta las bolsas del mandado en los manubrios.
Los inicios.
Mi historia comienza a los 6 años, mi primer año en primaria y justo cuando mi tía Adriana, hermana menor de mi madre cumple quince años, como es común en el pueblo, cual pinche fiesta, ella quiso un scooter, una Honda Elite color blanco, en ella me llevaba a la primaria pues le quedaba camino a la prepa. Años después la fortuna toco a nuestra casa, en una rifa mi madre se ganó una Honda Marvel y el afortunado en realidad fui yo, pues en mi casa nadie pelaba la motito y yo era un niño de 12 años, en ella aprendí, me caí varias veces y aprendí que es un imán infalible con las muchachas, recorrer los 8 kilómetros que me separaban de las ciudades vecina era toda una aventura, todo un logro, todo un reto. Tres años después la vendí y compré una Kinetic, una moto de “abonero” estándar y 125 cc, con 15 años de edad y estudiando la prepa era todo un aventurero, pues frecuentemente me la llevaba a hasta la vecina Uriangato donde cursaba el bachillerato, alucinaba cuando me tocaba taller y manejaba mi moto color rojo con uniforme escolar de gala y el estuche de polyester de color negro con mi guitarra acústica a mis espaldas, en esa moto lleve serenatas, me puse mis primeras borracheras y muchas otras primeras experiencias a las que no contaré en este espacio… Con amigos y vecinos de mi pueblo los sábados rodeábamos la Laguna de Yuriria y en cada rancho nos deteníamos a tomarnos una cerveza o algún refresco para matar la color, la tarde se hacía noche y horas después, ya en casa, con una sonrisa enorme de hacer lo que pocos hacían y ver lo que pocos veían, con cada vez más experiencia. En una de esas salidas a “ranchear”, por la tarde en una gasolinera, nos encontramos a un “tal profe Esteban” y otros motociclistas, todos ellos de Morelia del vecino estado de Michoacán, venían de la Ruta de la Independencia, un tradicional recorrido que se realiza el 16 de septiembre entre las ciudades de Salamanca, San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo y Guanajuato, sus motos eran para mis amigos y para mí de otro mundo, nos invitaron a su aniversario y para nuestro pequeño grupo era todo un reto, llegada la fecha nos lanzamos a la odisea y llegamos en nuestras motitos, ahí nos recibieron sin miramientos, sin críticas, sin fijón; platicamos con ellos, nos dieron consejos, recomendaciones y mucho aliento de seguir en ese mundo que habíamos descubierto esa tarde lluviosa de octubre en la “lejana Morelia” (a 73 km de casa).
Al regreso de esa aventura, el ánimo del grupo era otro, todos compramos cascos con mayores protecciones, chamarras más apropiadas, calzado y hasta algunos con intensión de mejorar su moto, por una mejor o por lo menos más nueva. En esos días recordé que un tío, también hermano de mi madre, tenía una moto, ahí en una bodega, fui con él y le pregunté: ¿qué era lo que tenía?, y ¿qué tipo de moto era?, para mi sorpresa ese día llegue a mi casa empujando una moto polvosa y con las llantas totalmente desinfladas, el trato había sido el siguiente: “échala a andar y la moto es de los dos”.
Los primeros años.
Era una preciosa Yamaha Virago 535 modelo 1987, color guinda, de flecha, con motor colgante, en menos de 21 días esa reyna estaba en funcionamiento, en ella viajé a Mil Cumbres, Playa Azul, Hostotalpaquillo, Acapulco, Guadalajara, Aguacalientes, Queretaro y aquella famosa ruta que me había platicado el Profe Esteban…. Ahora era parte de ellos. Estaba en el mundo del motociclismo.
En esos años, ya estudiaba la universidad en Guanajuato capital y mi gusto por las “concentras” y por los viajes crecía, mis amigos del pueblo también mejoraron sus motos y me habían acompañado en esos viajes inolvidables, todo era perfecto, excepto por eso ojetes Harleros que llegaban con motos impecables, con sus atuendos de boutique y cuando se estacionaban lo hacián ordenadamente…. los odiaba, casi tanto como admiraba sus motos.
HD, un mundo raro.
Un buen día, un 8 de septiembre del 2004, previo a ese viaje anual a la Ruta de la Independencia donde saludaría a mi amigo Esteban, mi padre y un tío me piden un favor, la misión era sencilla, tomar mi caso, alguna chamarra y tomar el ir camión a Moroleón, a recoger un moto que era parte de un negocio que habían hecho, nada asombrado por la encomienda a realizar, tomo mis cosas y abordo el camioncito que tantas veces me llevó a la prepa, me bajo cerca del seguro social de la vecina ciudad y camino un par de cuadras, quizá tres, llego a la dirección que me habían dicho y atiende un tipo de aspecto jovial y gorra amarilla, no era un amarillo cualquiera era un amarillo chillante y un enorme número 46 con letras negras bordado en la frente y visera, entramos a la enorme cochera y ahí había casi de todo, un pequeño bote, motonetas, autos, máquinas de coser y hasta un molino de cañuela, de esos que funcionan con la tracción de un tractor agrícola, en ese momento el tipo dice, voy por la llave…. En ese momento vi las motonetas y scooters y me pregunté ¿cuál será?….. El tipo con la gorra de Valentino Rossi sale de un pequeño cuarto enciende la luz y dice: sígueme, caminamos unos 6 o 8 metros más y otro foco es encendido, no hay ventilación y la humedad del lugar se percibe en el aire, una escala más y una camioneta, otros dos pasos y nos detenemos…. En la penumbra, una moto guinda, se parecía a mi Virago, hasta en el color, pero esta era distinta, lucía un poco más brillante y tenía una mochilitas a los lados, de esas mochilitas que siempre quise para mi Viraguito 535, se acerca a la moto en descripción, da vuelta a la llave y se enciende una enorme luz platinada, mi asombro crece mientras veía las letras del tanque, confundido por lo que veía y un poco más asombrado a cada instante, le da marcha, y el estruendo en aquella enorme cochera se hizo algo emocionante, el suelo vibraba al ritmo de esa moto ajena hasta ese momento, y de pronto una pregunta:
El tipo – hey! ¿sabes manejar de este tipo de motos?
Yo – mmm sí, tengo una pues parecida, solo dime donde se apaga y cual botón es el encendido. Un par de minutos después, la última indicación,
El tipo – revisa el nivel de gasolina, creo que casi no trae!.
Yo – Ok, Gracias.
Era pesada, un poco más grande que mi Virago, era incomoda, el embrague era una mentada de madre y tardó en calentar, pinchi moto fea –pensé-, avanzo un par de cuadras y sentí el power, y dije a cabrón, ¿qué putas?, ¿qué madre es esto?, me detengo y la veo, ahora en la luz de la tarde, ¿será?, no, no mames, como unaaaa…, pero aquí dice…, no que chingaos son estampas…, hay wey acá también dice y aquí trae un logo, no mames!, pero baila un chingo… Fue un dialogo interno, un monologo conmigo mismo, no muy convencido, pero lo que veía y sentía me decían lo contrario. Ese día la Pelirroja llegó a mi vida.
La semana siguiente, ella, la Pelirroja me acompañó a la Ruta de la Independencia mientras que la Virago era manejada por mi socio (mí tío).
El sacrificio fue enorme al quedarme con ella, vendí hasta lo que no tenía para pagarle a mi tío y mi papá, ellos sabían que sería difícil venderla a alguien más después que la tuve por casi tres meses, pagué solo el 85% de ella el resto fue condonado porque ya no tenía más que vender, a mis 21 años era dueño de una Harley, y ahora era de esos a los que tanto detestaba, quizá era porque nunca había siquiera montado una para tomarme una foto, quizá era por ese orden casi perfecto en su formación, o esas impecables motos, el ruido hipnotizador de su caballo galopando o qué se yo, pero me convertí en uno más de ellos. Hubo quien me dijo que había comprado la peor moto, que era mucho dinero, que me hubiera comprado mejor un carro, que invirtiera eso en un lote, es más, alguien más me dijo que esas motos son de abuelito, en fin, simplemente era mi momento.
Una nueva página.
Sin saber nada de ella me aventuré, indagando aquí y allá para intentar conocerla y así me tope con el foro, en ese entonces era aún foro mixto, español y mexicano, en eventos distintos tuve la oportunidad de conocer a varios de los ahí participantes, excelentes personas todos, después el Comando Bajio fue agarrando fuerza y valiosos integrantes que son mejores como personas lo integran, no menciono a alguien en especial, no quiero ser excluyente, pero todos y cada uno de los que han hecho de esta historia mi historia, …….. Distintas rodadas, con el grupo de mi pueblo, anduve un rato con el HOG, unas más en solitario, otras más e inolvidables con una novia motociclista que tuve, otras un poco sufridas como los Asphalt Rats, concentraciones, reuniones arrabaleras, salidas banqueteras, otras cuantas domingueras y otras la mayoría, solo para disfrutar y confundirse, casi mimetizarme con el paisaje, para reflexionar y para encontrarle solución a los problemas. En este mundo he encontrado algo más que amigos, algo más que no se encuentra en cualquier lado, he paso lluvias y calor, me he quedado un par de veces en carretera, los amaneceres en diciembre son crudos, la lluvia sin guantes es la muerte, los insectos a más de 100km duelen y dejan moretón, en pocas palabras… la vida es otra cuando se viaja en moto.
En este septiembre cumplo diez años con ella, 43,000 millas a su lado, y otros 11000 km en la Virago y de las otras que nunca tomé lectura, pero han sido ya casi 19 años de andar en dos ruedas, cerca de 8 visitas al suelo y miles de momentos y recuerdos. Espero sean muchos más.
“El automovilista observa y admira el paisaje, el motociclista es parte de él”
Su amigo: .:mayk:.
Mi estimado Mike, como bien lo dijo el Animal, no es lo mismo escucharte platicar tu experiencia en este mundo de las HD que cuando la escribiste aquí, mira que hemos platicado muchas veces sobre el tema, pero hoy se ciñeron sobre usted los grandes literatos para hacernos imaginar, casi estar ahí junto a ti en tu experiencia y conocerte aún más.
Muchas felicidades, siempre es un honor conocerlo y rodar junto a usted, además de ser parte del BJX.F4
Saludos y nuevamente felicidades.
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